Después de reflexionar en la soledad y la unidad de Adán y Eva, contemplamos ahora, siguiendo con Juan-Pablo II el libro del Génesis, la 3ª experiencia originaria del hombre: la desnudez. «Estaban desnudos y no sentían vergüenza» . Este pasaje es la clave que nos hará comprender la característica esencial del ser humano. Significa que tenían la mirada pura sobre el otro. Comprendían que eran un don de Dios el uno por el otro, hechos para donarse mutuamente y procrear la vida. El ser humano es feliz solamente por el don desinteresado de si mismo.
La clave para comprender el hombre
La clave para comprender la visión del hombre del Génesis, nos la dará la experiencia originaria de la desnudez. Esta experiencia muestra la «originalidad absoluta de lo que es el ser humano varón-mujer» en cuanto hombre a través de su cuerpo (Jean-Pablo II, Teología del cuerpo, TDC), 11:1-2).
Conciencia primordial
«Estaban desnudos y no se avergonzaban de ello» (Genesis 2:25): estas palabras describen el estado de consciencia de los primeros seres humanos, “su experiencia reciproca del cuerpo, o sea la experiencia por parte del hombre de la feminidad que se revela en la desnudez del cuerpo, y recíprocamente por parte del hombre de la masculinidad de parte de la mujer” (TDC, 11:3). No sentían vergüenza. En cambio, después de la desobediencia, empiezan a experimentar vergüenza (Gn 3:10) : cambió radicalmente el significado de la desnudez, la del hombre frente a Dios, y también entre varón y mujer (TDC, 11:5).
Plenitud de conciencia
¿Cómo explicar la ausencia de vergüenza en el estado de inocencia? Esa ausencia de verguenza significa que comprendían plenamente el significado del cuerpo a través de los sentidos (TDC, 12:2). No solamente es un conocimiento exterior, sino una plenitud de comunicación entre las personas (TDC-, 12:4). Comunican entre ellos con toda la plenitud que el Creador quería para ellos, con radical y sencilla pureza. (TDC, 12:4).
Valor puro del sexo
Se perciben uno al otro en Dios , a través del cuerpo, como imagen de Dios. El cuerpo manifiesta la persona (TDC, 12:5). Participan de la visión del mismo Creador: «Era muy bueno» (Gn 1:31). Ven el valor puro del cuerpo y del sexo, en que la masculinidad y feminidad son un don uno por otro (TDC, 13:1).
Visión adecuada del ser humano
Así, este estudio de la soledad-unidad-desnudez originaria nos permite encontrar una visión del hombre adecuada, y comprenderlo en lo que es esencialmente humano , como imagen de Dios, y oponernos al reduccionismo naturalístico que va junto con la teoría de la evolución, que reduce el ser humano a sus impulsos animales (TDC, 13:2).
La creación es un don
Otro criterio de comprensión es la dimensión del DON, que está en el corazón mismo de la creación y del ser humano. «Dios los creó» de la nada: la creación es también donación , y toda creatura lleva en si el signo del don originario (TDC, 13:3-4). En toda la creación, sólo el hombre ha sido gratificado por un don, y el mundo visible ha sido creado por él, que es capaz de COMPRENDER el sentido de este don en la llamada de la nada a la existencia (TDC, 13:4) y es capaz de RESPONDER al Creador.
El ser humano, capaz de donarse
La creación es el don fundamental, y el hombre aparece como él que ha recibido en don el mundo, y el mundo ha recibido en don al hombre, y el hombre ha recibido como don a otro hombre (TDC, 13:4). Por eso Adán se sentía solo, porque ninguno de los animales le ofrecía las condiciones de un don recíproco (TDC, 14:1), y las palabras “solo” (Gn 2:18) y “ayuda” (Gn 2:20) son la CLAVE para entender la característica esencial de la persona: el don reciproco, donarse, vivir para alguno (TDC, 14:2).
Donarse lo hace feliz
«¡Esta es la carne de mi carne! » La FELICIDAD de Adán al recibir a Eva nos lleva a tema de la persona y del cuerpo-sexo que son inseparables en Génesis (14:3). Adán creado como don que nace del amor, comprende que el cuerpo de Eva revela el alma viviente de la persona. Comprende la capacidad de don recíproco, expresada por el cuerpo de hombre y mujer: la feminidad para la masculinidad, y la masculinidad para la feminidad, manifiestan la comunión de personas. El sexo, que se expresa a través del don , es testigo de la creación como don fundamental y del AMOR como fuente de la que nació este mismo donar. La revelación y el descubrimiento del significado esponsal del cuerpo son el comienzo de la felicidad de Adán (TDC, 14:5).
Unión bendecida por la fecundidad
Cuando se unen íntimamente y se convierten en una sola carne, hombre y mujer someten su humanidad a la bendición de la fecundidad y la procreación (Gn 1:28). El hombre comienza a ser con la conciencia de que su sexualidad tiene esta finalidad: donarse y ser fecundos (TDC, 14:6).
Libres de coacción sexual
El estar desnudos sin tener vergüenza significa que, concientes de la capacidad creadora del cuerpo, están al mismo tiempo libres de la coacción del propio sexo. No es la libertad del “instinto sexual”, que implica una coacción como la de los animales, sino que están elevados a nivel de imagen de Dios, a nivel de personas y de comunión entre las personas (TDC, 14:6).
Realizando el sentido de su existencia
Es importante para el hombre de hoy saber que la Biblia habla del significado esponsal del cuerpo. ¿Por qué? (TDC, 14:6). Son libres de la libertad del don. El cuerpo es no sólo fuente de fecundidad y procreación, sino incluye la capacidad de expresar el amor , en que la persona se convierte en don y así realiza el sentido mismo de su ser y de su existir (TDC, 15:1): el hombre, que es la única creatura que Dios ha querido por si misma, no puede encontrar su propia plenitud sino a través de un don sincero se sí (Gaudium et Spes) (TDC, 15:1), y para permanecer en relación de “don sincero de sí”, debe permanecer libre de este modo, por el dominio de sí mismo (TDC, 15:2).
Conciencia esponsal
La palabra de Gn 2:25, «Estaban desnudos y no se avergonzaban de ello» indica también la posibilidad y la calidad de esta experiencia reciproca del cuerpo: libres interiormente de la coacción del sexo, y libres de la libertad del don, gozan de toda la verdad humana que Dios había revelado en la creación: que el hombre es querido por sí mismo, y que puede encontrarse a si mismo solamente a través del don desinteresado de si mismo. El hombre acoge interiormente a la mujer tal como el Creador la ha querido, “por si misma”, y ella lo acoge tal como el Creador lo ha querido, “por si mismo” , y los dos entran en el mundo con esta conciencia esponsal del cuerpo (TDC, 15:3), es decir comprenden que están destinados a unirse y donarse uno al otro.
Afirmación de la persona
Orientado interiormente por el don sincero de la persona, el cuerpo revela un valor y una belleza que sobrepasan la dimensión simplemente física de la sexualidad. Indica a) la capacidad de expresar el amor, en el que el hombre se convierte en don, y b)la capacidad de “afirmar la persona”, o sea por medio del cuerpo, que el otro es alguien querido por el Creador “por si mismo” , único e irrepetible, elegido por el Amor eterno . Esta afirmación de la persona es acogida del don y crea la comunión de las personas, tanto interior como exterior. Por eso no experimentaban vergüenza (TDC, 15:4).
Siempre permanecerá
Así este estado de inocencia originaria es también estado de felicidad originaria, que se explica por la revelación y el descubrimiento de que el cuerpo es para donarse (“esponsal”). Y A PESAR DE TODAS LAS DEFORMACIONES QUE SUFRIRÁ POR LA HISTORIA, SIEMPRE PERMANECERÁ ESTE NIVEL MÁS PROFUNDO QUE EXIGE SER REVELADO EN SU PLENITUD Y PUREZA como signo de la imagen de Dios, como lo expresa la Carta a los Romanos, cap. 8 (TDC, 15:5).
Conclusión
Estamos asombrados por el contenido de la palabra de Genesis 2:23-25. La conciencia del significado esponsal del cuerpo es lo que hace al hombre feliz. Aparece como el componente fundamental de la existencia humana: donarse . Eso es posible porque el ser humano es una persona que Dios ha querido por si mismo, y no puede encontrar su plenitud sino mediante el don gratuito de sí mismo (TDC, 15:5).