Juan Pablo II también nos habló de la diferencia entre el hombre y los animales.
«No es bueno que el hombre esté solo»
En sus catequesis sobre la teología del cuerpo, comentando el pasaje del Evangelio (Mateo 19:3-8) donde Jesús nos invita a mirar hacia el principio y leer con él el Génesis, el papa se pregunta: ¿Cuál es la experiencia original del cuerpo que tenían Adán y Eva? Y la primera experiencia de que nos habla es la SOLEDAD , porque Adán se sentía SOLO. Y Dios dice: “No es bueno que el hombre esté solo, dice Dios, voy a hacerle una ayuda semejante a él” (Gn 2:18).
¿Porqué se sentía solo?
¿Qué significa esta soledad original del hombre? Por supuesto pensamos que le faltaba una mujer. Pero mira lo que dice el papa. Dice que esta soledad tiene dos significados, y que lo de la mujer no es lo principal ni lo primero. Porque el sentirse solo no se refiere solamente al varón sino también a la mujer, o sea al ser humano. ¡Adán se siente solo entre los animales! A pesar de estar rodeado de miles de animales, se sentía solo. ¿Te parece una evidencia? ¡Gracias a Dios!, ¡es que no te consideras igual que un simple animal!
Buscando su identidad
Dice Génesis que Dios trajo ante el hombre todos los animales para que les diera nombres, pero “entre todos ellos no había para el hombre ayuda semejante a él” (Gn 2:19-20). (Ver Teología del cuerpo (TDC), 5:4). Y se siente solo entre todos estos animales. Fíjate que este pasaje revela el hombre como él que tiene la facultad de conocer y de auto-conocerse en presencia de Dios (TDC 5:6.). ¡No así los animales! Aquí el hombre está buscando su identidad. No sabe todavía quién es, pero sabe quién no es.
Persona
El hombre hace la experiencia de que está “solo” en cuanto persona en este mundo visible. El hombre en cuanto ser humano, hombre y mujer, varón y hembra. El hecho de que Adán dio nombres a los animales es como el “test” que hace tomar conciencia de su superioridad, y al mismo tempo de su soledad. Pero se da cuenta que es distinto de ellos y que no puede ponerse al nivel de ninguno de ellos (Ver TDC 6:4). Está afirmando la propia diversidad. Es una “persona” con la subjetividad que lo caracteriza.
Diferente
Comenta el papa: “Basándose en la experiencia del propio cuerpo, Adán hubiera podido llegar a la conclusión de ser semejante a los otros animales. Sin embargo llegó a la persuasión de que está “solo” (cf. Gn 2:18)” (Teología del cuerpo, 6.3). No es que solamente le faltaba el sexo opuesto, sino que el ser humano, hombre y mujer, está solo en cuanto persona en el mundo visible. Se da cuenta que tiene algo sustancialmente diferente de los animales. No encontraba con quien relacionarse y comunicar lo más profundo de su ser.
A semejanza de Dios
Es de notar también que el Génesis no menciona la semejanza del hombre con los animales, sino solamente su semejanza con Dios: «Dios creó al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó…» (Gén 1, 27) (TDC 2:3). Así el cuerpo humano revela algo escondido, que es un misterio espiritual. Está formado de tierra pero también del aliento de vida donado por Dios (Gn 2:7). Hay algo en el hombre que es sustancialmente diferente de los animales, y es que tiene libertad. Y es frecuente que no lo veamos, porque el pecado original nos ha cegado. Pero al principio, no era así. Y es eso, lo que veía Adán : ¡un misterio espiritual!
Encima del mundo
Además está colocado encima del mundo: “Dominen la tierra y llénenla” (Gn 1:28). Esto también incluye la imposibilidad de reducirlo al mundo (Ver TDC 2:3-4). El hombre comprende que sólo él, entre todos los seres visibles, es capaz de cultivar la tierra. Es una actividad puramente humana, en la cual el cuerpo, transparente y penetrable, expresa la persona (Ver TDC 7:2).
Vida y muerte
Finalmente, Dios coloca al hombre frente al misterio del árbol de la ciencia: «De todos los árboles del paraíso puedes comer, pero del árbol de la ciencia del bien y del mal no comas, porque el día de que él comieres, ciertamente morirás» (Gén 2, 16-17). Así la palabra nueva “muerte” entra en la conciencia del hombre. ¿Qué puede significar para él? Es «el antitesis radical de todo aquello de lo que el hombre había sido dotado». Eso dependía de su decisión y libre elección, y eso también le hacía comprender que ninguno de los animales era semejante a él (TDC 7:3). La alternativa entre la vida y la muerte entra desde el principio en la definición de su soledad frente a Dios mismo.
Partner del Absoluto
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El cuerpo, por el cual el hombre participa en el mundo visible, lo hace al mismo tiempo conciente de estar solo, y de ser “Partner del Absoluto”, o sea en “Alianza con Dios”. Tiene una relación única, exclusiva e irrepetible con Dios mismo. Al mismo tiempo tiene conocimiento y conciencia del sentido del propio cuerpo. “El cuerpo es transparente y penetrable”. El cuerpo manifiesta claramente quién es el hombre y quién debe ser”, o sea revela quienes somos y como deberíamos vivir. Es una persona. ¿Vivir cómo? Amando a imagen y semejanza de Dios. Dependía de él, de su decisión y libre elección (TDC 7:2-3).