– AGUSTINA : Clara, tengo un problema. Los chicos me ven sensual, y me dicen comentarios al respecto. Al inicio, eso me gustaba, pero cuando voy por las calles los hombres me dicen palabras groseras, que me desagradan. Si al menos me hablaran con palabras agradables, pero realmente son desagradables y no puedo aceptarlas y menos provocarlas. Vos que tienes más experiencia, ¿qué te parece?
– CLARA : Mira, me parece que hoy, a muchas mujeres no se nos ha explicado bien una cosa. Es que los hombres se dejan seducir por la vista, mientras que las mujeres nos dejamos seducir por las palabras. Además, a los hombres les hace falta ver poco para imaginar mucho más, y se excitan fácilmente. Esto te puede explicar muchas cosas.
– AGU : Me di cuenta a veces… Me enojo mucho, porque sus miradas y palabras me ofenden y avergüenzan.
– ANTO : El otro día, yo estaba sentada con Valeria en el parque, y unos chicos pasaban y nos miraban así, desde arriba hacia abajo, como si fuéramos no sé qué… Me dio una impresión fea.
– CLARA : Una cosa que los provoca son las ropas apretadas que llevamos a veces. Por ejemplo, estas calzas que te pegan a la piel y resaltan todas tus curvas femeninas. Si además te pones una remera “top” que muestra la panza y un escote profundo, tienes la receta perfecta para atraer la atención de estos señores, que te van a buscar como abejas a un frasco de miel. Dejan de ser seres racionales para convertirse en animales de caza.
– AGU : La verdad, que desde mi conversión, con esta nueva vida, no sé bien como vestirme.
– ANTO : Yo también, estoy aprendiendo a vestirme cristianamente, pero tampoco puedo estar fuera de moda…
– CLARA : Creo que a medida que uno va cambiando, con la gracia de Dios se va dando cuenta solo de lo que es correcto o no. Es algo increíble de explicar, pero uno en su interior siente qué es lo que está bien o mal… Te comparto una experiencia: cuando comencé a tener esa sed tan grande de Jesús, fui un domingo a misa, pero lo que sentía en mi interior aun no estaba con mi exterior, por lo que me fui vestida con una pollera muy corta, hacía calor y estaba a la moda. Cuando llegó el momento de pasar a recibir el Cuerpo de Cristo, me di cuenta de lo que tenia puesto, trataba de tirar mi pollera hacia abajo para que no se vea tan corta, quería taparme con algo, lo cual era imposible… A partir de ese día comprendí la importancia de la vestimenta sin que nadie nunca me dijera nada.
– ANTO : No hace mucho una amiga viajó al extranjero y visito templos budistas, quedo sorprendida como en cada templo había gente que controlaba la vestimenta de las mujeres y no dejaban pasar a aquellas que estaban con los hombros descubiertos, que se le veían los brazos o piernas. Me pareció muy interesante y hasta atractivo, escuchar como esa religión, y otras, sienten ése celo de no ofender lo sagrado.
– AGU : No lo veo tan evidente, ya que todo el mundo en la calle se viste igual!
– CLARA : Es una de nuestras dificultades: tenemos que ir contracorriente. San Pablo dice justamente: «No se conformen con la mentalidad del mundo». Sí, es importante vestirnos con cuidado, para no llamar la atención inútilmente y prender fuegos difíciles de apagar. Yo, para estar tranquila, me visto con vestidos amplios y sueltos. No hay ninguna necesidad de mostrar tus formas y tus partes íntimas. Eso es de actrices en la televisión. Tampoco hay necesidad de aparentar de 90-60-90. Leí que el Padre Lamy, que había visto a la Virgen, decía de ella que no se le ve ninguna forma del cuerpo.
– ANTO : Pero muchos negocios no te venden sino esta ropa apretadísima. Es difícil encontrar ropa amplia y suelta. ¡Tendríamos que buscar un lugar de venta de ropa más elegante y sobria, o tal vez ropa de trabajo que no se pierden con la moda y te libera de ser esclava de la moda!
– CLARA : A mí no me parece necesario usar ropa de trabajo, porque ropa discreta siempre se consigue, incluso en las tiendas que venden la última moda. Hay muchas tiendas de ropa, solamente es cuestión de tomarse un tiempo y buscar lo apropiado, sin dejar que nos impongan qué tenemos que llevar… Te comparto mi experiencia: cada vez que me voy a comprar una remera, la vendedora me da el más chico, pero yo elijo usar uno o dos talles más según la remera, y cuando ven que me voy a probar algo más grande de mi talle me dicen: no, eso es muy grande para vos, te va a quedar mal. A lo que les respondo que prefiero usar la ropa así, suelta, es más cómoda y discreta: no me dejo influenciar por la mirada de la vendedora…
– AGU : ¡Pocas chicas se van a atrever a hacerlo!
– CLARA : Es una elección. Trato de poner las cosas bajo la mirada de Dios, no de la moda. Puede ser también que, conciente o inconcientemente, te ocupas demasiado de la mirada de tus compañeras y compañeros, o que buscas todavía atraer la atención. Es muy común. La sanación de nuestros corazones y de nuestros deseos inconscientes lleva tiempo. Cuando uno quiere seguir a Jesús, cuando uno cree realmente que Dios me ama y me quiere hacer feliz, uno no está tan ansiosa de verse lo más rápido posible en brazos de cualquiera.
– AGU : La verdad que, cuando miro a todas las chicas con sus novios, me da ganas de imitarlas.
– CLARA : Esta es la cuestión: imitar a los demás o pedirle a Dios el hombre que te destina para compartir toda la vida. A fin de cuentas, no importa que seamos muchas o pocas, lo importante es que comprendo que ciertas modas me hacen mal y hacen mal a los que me miran. Y haciéndolo, descubro que muchas chicas buscan lo mismo que yo… Ser respetadas y ser respetables. Puede ser que estés todavía marcada por los malos hábitos del pasado, o contaminada por la propaganda… ¡Hasta te venden jabón de tocador para hacerte “atractiva”! Es una de las modas de hoy que nos corresponde a nosotras cambiarlas.
– ANTO : Una vez, yendo a bañarnos en el río, quise ponerme las calzas bajo la malla, para taparme más. Pero me di cuenta que iba a atraer la atención más con esto, que es raro.
(Se ríen).
– AGU : Hablando de calzas, tengo unas con flores, que son lindas.
– ANTO : Con flores o con algún dibujo me parece menos provocativo, porque el dibujo capta la atención, y no se siente tanto la forma del cuerpo, como cuando el color es todo parejo. Personalmente, ya no salgo más a la calle con calzas.
– CLARA : Otro punto importante, como decía Antonella, es que lo que llevamos puesto también esté en relación con mi comportamiento… ¡De nada sirve estar vestida decentemente si me comporto provocativa!
– AGU : Me hace pensar en estas remeras de cuello muy ancho, que dejan el hombro descubierto: una vez mi papa me dijo que, en su tiempo, las chicas que andaban así en la calle, eran “chicas fáciles” o que se buscaban clientes. Porque a los hombres les hace imaginar que si desnudo un hombro, estoy dispuesta a descubrir más… ¡Nunca había pensado en esto!
– CLARA : Sí, son así. La verdad que a menudo son muy escotadas y siempre muestran parte de tus pechos. Si no quieres provocarlos, hay que mostrarles menos, y así los ayudas a mirarte de otra forma. Juan-Pablo II dice en su Teología del Cuerpo que tapamos el cuerpo porque es bueno, y para evitar que otros me miren con malos deseos [1]. O sea que soy responsable de las reacciones que provoco en los demás.
– ANTO : Pero cuando me tapo, me dicen que me “visto de vieja”, o que estoy “vestida de monja”… Ahora, dudo cada vez más que los que hablan así sean buenos amigos, porque comprendo que lo que les interesa es ver mi cuerpo. Me hacen pensar en lo que dice Jesús en el Evangelio, que él que mira a una mujer con el deseo ya cometió pecado con ella en su corazón. Además estos tipos se hacen los seres superiores para impresionarte con sus palabras, saben que las mujeres nos dejamos manipular fácilmente con palabras.
– CLARA : Yo le pido a la Virgen que me enseñe la actitud justa, para llegar a ser libre. Por supuesto, no es necesario vestirse con un saco, san Francisco de Sales decía que es normal que las chicas estén lindas. Pero lo que se ve en las calles no es belleza, cuando todo el mundo va en jeans descolorados o raspados porque es la moda: es bastante feo, parecen ropa de basura. Y puede ser que la moda te hace vestirte como basura para que te portes como basura…
– ANTO : La verdad, que si seguimos así, mañana vamos a ir desnudas, ¡porque será la moda! En el Facebook de mis hermanos las chicas los provocan mandándoles fotos casi desnudas y una como mujer después se pregunta ¿porque los hombres no me respetan? si yo soy la primera que no me respeto?
– AGU : ¿Y los short?
– ANTO : Para ir a deporte o camping, me parece bien; pero para volver a casa caminando por las calles, hay que examinar las circunstancias: cuan corto que es, por donde pasas, y ver si es prudente cambiarte antes de salir.
– CLARA : Es verdad que cada situación requiere una forma determinada de vestir, no es lo mismo vestirse para ir a trabajar, a la facultad, a practicar un deporte, a la playa… Lo importante es siempre hacerlo modestamente… Personalmente creo que una mujer puede estar vestida, elegante, sobria, sin necesidad de usar nada apretado, insinuante, es más puede estar a la moda sin necesidad de caer en la vulgaridad, ni parecer una “vieja” ni una «monja».
– AGU : Tengo una pollera, ¿puede ser? No la usaría en moto, pero en otras ocasiones…
– CLARA : Depende de cual pollera, y las circunstancias. Una vez, en un monasterio, vi a una señora de la edad de mi mamá, con pollera, no tan corta pero un poco arriba de las rodillas: estaba sentada en un banco con las piernas cruzadas, y se le veía todo… Parecía un poco inconsciente.
– ANTO : El otro día yendo a misa, me siento en un banco, había un hombre al lado, y cuando me senté me dio un gran abrazo. No presté atención, pensé que es como en el beso de paz. Pero luego empezó a hablarme, durante la misa. Me levanté discretamente y fui a sentarme en otro lugar.
– CLARA : Tienes razón, no tenemos que ser el juguete de cualquiera. ¡Parece que este señor no venía a misa por amor a Jesús, sino para buscarse aventuras!
– AGU : Gracias Clara por esta charla, y gracias Antonella.
– ANTO : Gracias Agu, por haber preguntado. Considero que es un tema muy importante para tratar, y me parece que nunca se trató como se debía, que hay muy poco estudio y abordaje del tema.
– CLARA : Es importante, porque la forma de vestir habla de nosotras, forma parte del lenguaje no verbal: qué quiero transmitir de mi persona. Y no es un tema que hay que dejarlo a la industria de la moda, ya que muchos de nosotros los católicos, especialmente nosotras las mujeres, no nos damos cuenta de la ropa que usamos, seguimos una tendencia sin preguntarnos el por qué.