Meditación de los misterios gozosos

Los misterios gozosos son los misterios de la vida escondida de Jesús. El sentimiento dominante es el gozo, por la presencia de Jesús al lado de sus padres.


En el primer misterio, contemplamos la Anunciación del Señor a María, y pedimos a Jesús y María su humildad

La Anunciación (Fra Angelico)

Jesús, Hijo de Dios y Creador del mundo, se acercó a los hombres, humillándose hasta hacerse niño en el seno de María, para compartir nuestra vida humana. Gracias Jesús por tu humildad.

Y cuando el ángel Gabriel le anunció a María y que sería la Madre del Salvador, María se humilló, diciendo : “Yo soy la esclava del Señor”.

Gracias, María, por tu humildad y por tu sí. Por el misterio de la Anunciación, enséñanos a siempre ser humildes, sabiendo que sin Dios no somos nada y que todo lo recibimos de Él.

En el secundo misterio, contemplamos la Visitación de María a Isabel, y pedimos a María un corazón servicial como el suyo

La Visitación (Jacob y Hans Strueb). Se ven los 2 bebés

En seguida después de la Anunciación, María emprende un largo viaje para ir a asistir a Isabel, que estaba embarazada, esperando a Juan Bautista.

Gracias, María, por tu corazón servicial y tu amor fraterno y atento. Por este misterio de la Visitación, enséñanos a imitarte y darnos como tú, con amor y alegría, para el bien de nuestros hermanos. Da a los padres la valentía de educar a sus hijos en ser servicial por amor a Dios.

En el tercer misterio gozoso, contemplamos la Natividad de Jesús en el pesebre de Belén, y pedimos un corazón de pobre

La Natividad (Belén, Palestina)

Jesús, Rey del universo, nació como un pobre, sin casa, en la paja de un pesebre. Gracias Jesús, por haberte hecho pobre para acercarte a los pobres y que los pobres se te puedan acercar.

Te pedimos el desapego de las cosas de este mundo. Danos la gracia de aceptar nuestras pobrezas y limitaciones, nuestro pasado y nuestros errores, y acercarnos a los pobres con un corazón humilde. Ayúdanos a enseñar a nuestros hijos a compartir con los demás y a ser generosos, y que su tesoro esté en el cielo.

En el cuarto misterio gozoso, contemplamos la Presentación de Jesús en el Templo, y pedimos a María y José su obediencia

La Presentación de Jesús en el Templo (Andrea Mantegna)

María y José llevaron a Jesús al Templo y lo presentaron al Señor, para obedecer las leyes de su pueblo. Se conformaron a las leyes de su tiempo para no mostrar que Jesús era distinto de los demás.

Gracias, María y José por este ejemplo de obediencia escondida. Les confiamos nuestras familias: enséñennos el amor de la obediencia. Dennos la valentía de educar a nuestros hijos en la obediencia por amor a Dios.

En el quinto misterio, contemplamos a Jesús perdido y hallado en el Templo, y pedimos a Jesús imitarlo, anteponiendo las cosas del Padre a cualquier otra cosa o persona

Cuando Jesús tenía 12 años, permaneció en el templo sin avisar a sus padres, y cuando le preguntaron “Porqué nos hiciste esto? Que te buscábamos llenos de angustia”, Jesús contestó : “¿No sabían que yo tengo que ocuparme de los asuntos de mi Padre?”.

Gracias, Jesús, por este ejemplo y esta lección. Enséñanos a siempre anteponer, en nuestra vida, los asuntos del Padre del cielo, a cualquier otra cosa u persona. Enséñanos a respetar la conciencia de nuestros hijos y su relación con Dios.