Cuando una persona siente el llamado a la vida religiosa, lo primero que se le pide es que venga de huésped para conocer la Casa y nuestro estilo de vida. Estas visitas permiten encontrarse con el prior y cuando se da la posibilidad con el superior general.
Luego de un tiempo prudente de maduración y discernimiento que depende de cada persona, se invita al candidato a realizar una experiencia de un mes. Después de esto, si el candidato sigue con su propósito y el consejo lo acepta, comienza el período de postulantado que puede durar hasta 2 años.
Luego sigue el noviciado canónico con una duración de 1 año. La entrada al noviciado corresponde a la recepción del hábito religioso con la siguiente fórmula:
“Por mi elección y libremente, pido entrar en la Congregación de los Servidores de Jesús y de Maria, a fin de trabajar con la mayor eficacia posible por la santificación de las almas, en conformidad a las Constituciones del Instituto y así, santificarme a mi mismo más fácilmente y más seguramente.”
Al fin del año de noviado, si el novicio reúne las aptitudes necesarias a nuestro tipo de vida, él realiza su primera profesión religiosa por tres años (votos temporales) prometiendo castidad, pobreza y obediencia.
Formula de profesión
Padre, animado de un profundo deseo de servir a Jesús, nuestro Salvador y a María Su Santísima Madre, escogiendo de trabajar con todas mis fuerzas para el bien de las almas, en mi lugar en la Iglesia, con una vida de oración, de sacrificio, de apostolado y de amor fraterno, hago por tres años o para siempre, delante de Dios y entre sus manos, padre mío, voto de castidad, de pobreza y de obediencia, según las constituciones de la congregación de los Servidores de Jesús y de Maria, ayudándome de la gracia del Espíritu Santo y del socorro de María Reina Inmaculada para llegar a practicar esta perfecta caridad.
Al fin de los tres años de votos temporales, si reúne todas las condiciones necesarias puede hacer la profesión perpetua, es decir la consagración definitiva para toda la vida.