Perseguidos por ISIS, pero no abandonados

Mosul, Iraq, 2014

El noble pueblo cristiano de Iraq, confesor de la fe y mártir del odio a Jesucristo, prefiere perder sus casas, su trabajo, sus bienes, y no perder a Jesucristo.


Tiranía o esperanza

Igual que los primeros cristianos, los cristianos del siglo XXI son obligados a elegir :
 someterse a un poder tiránico y convertirse a la religión del tirano,
 o abandonar sus casas, su carrera, sus bienes para no perder a Jesucristo, el único que da la vida eterna…

120.000 huyendo Mosul
Miles en campamentos
«Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra. Les aseguro que no habrán recorrido todas las ciudades antes que vuelva el Hijo del hombre.» (Mt 10:23)

Son mis hermanos que están despojando, violando y asesinando. ¿Cómo me siento?

Durmiendo en carpas y fuera
Cansados pero libres
«Los saludo, hermanos muy queridos, con el deseo de poder gozar yo también de la presencia de ustedes, si las circunstancias del lugar me lo permitieran. Pues lo que más deseo y más me agradaría es poder estar ahora con ustedes, que me pudieran abrazar con sus manos, puras e inocentes, que han mantenido intacta la fe en el Señor Jesús, al negarse a una sumisión sacrílega.
 
Nada me sería más agradable y honroso que poder ahora besar los labios que han confesado gloriosamente al Señor, y que me pudieran ver presente sus ojos que, despreciando los bienes de este mundo, se han hecho dignos de contemplar a Dios.» (san Cipriano).

Francisco: proteger las minorías

Los cristianos no son los únicos desterrados: yaziris, kurdos, chiitas, etc. «A mí me hablan de cristianos mártires. Y sí, hay muchos mártires. Pero aquí hay hombres y mujeres, minorías religiosas, no son todos cristianos, y todos son iguales frente a Dios». El papa recuerda que tienen derecho a ser respetados y protegidos. «Detener al agresor injusto es un derecho que la humanidad tiene, pero también es un derecho que tiene el agresor de ser detenido, para que no haga mal» (Francisco) [1].

La ONU «fue creada con el objetivo fundamental de preservar a las generaciones futuras del horror de la guerra», y por tanto no puede «permanecer pasiva frente a las hostilidades sufridas por poblaciones indefensas». Tiene la «responsabilidad de proteger… La apatía es sinónimo de irresponsabilidad». (Card. Parolin, discurso en la ONU, 29 septiembre 2014).

Francisco: una fuerza de paz, no bombas

Refugiados en la iglesia de Erbil

Es tarea de las Naciones Unidas formar una fuerza de PAZ para separar los partidos y detener las masacres. «En estos casos, en los que hay una agresión injusta, solo puedo decir que es lícito «detener» al agresor injusto. Subrayo el verbo detener, no digo bombardear, hacer la guerra, sino detenerlo» (Francisco). No se construye la paz con bombas, que van a matar más personas. Al tolerar que una “coalición” se auto-atribuya el derecho de meterse con bombas en este conflicto, pisoteando el derecho internacional, la ONU está abdicando su papel de proteger.
 Recemos para que la ONU tenga la valentía de proteger a los más débiles y resistir los intereses de los poderosos y de los comerciantes de armas.

«Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen.»

(Lc 23:34)

OH Jesús, estoy como vos en la cruz. Te ofrezco mi vida por mis enemigos, y para que des fortaleza a los cristianos del mundo para anunciar el Evangelio de la Vida eterna, y a los que creen para declararse abiertamente a favor tuyo.

«Los cristianos que se habían dispersados con ocasión de la persecución, anunciaron el Evangelio por el país y bautizaron miles de personas»(Hch 8:4,12)
OH María, consoladora de los afligidos, que estuviste al pie de la cruz con Jesús, visita y consuela a nuestros hermanos desterrados y abandonados.

 Dales a los cristianos perseguidos la valentía de perseverar en la verdad.
 Haz que nuestros representantes y los que dirigen las Naciones Unidas cumplan se deber de protección.
 Te pedimos por los Musulmanes que ven este testimonio, para que comprendan que Jesús les propone a ellos también la vida eterna.
 Te Pedimos por la conversión de los perseguidores, para que muchos de ellos, como Saúl que se convirtió en san Pablo, lleguen a ser grandes apóstoles de Jesús y del Evangelio.