7ª estación. Jesús cae por segunda vez.


7ª estación. Jesús cae por segunda vez.

 Te adoramos o Cristo, y te bendecimos
 Porque por tu santa cruz redimiste al mundo

¿Por qué dices, Jacob, y hablas, Israel: «Oculto está mi camino para el Señor, y a Dios se le pasa mi derecho?» ¿Es que no lo sabes? ¿Es que no lo has oído? Que el Señor es Dios desde siempre, creador de los confines de la tierra. No se cansa ni se fatiga, y su inteligencia es inescrutable. Al cansado le da vigor, y al que no tiene fuerzas le acrecienta la energía.» (Is 40:25-29).

“¡Que dulce es este nombre de: cruz! Aquí, al pie de la cruz, las almas se revisten de luz, se encienden de amor, se ponen alas para llegar a las alturas de los cielos. Que esta cruz sea a la vez nuestro lecho de descanso, nuestra escuela de perfección, nuestra herencia querida! Con este propósito, guardémonos de separarla del amor que llevamos a Jesús: sin amor se volvería un fardo que nuestra debilidad no alcanzaría a soportar” (Padre Pio).

Te ofrecemos Jesús, el peso de nuestros pecados. Nos aplastan tanto, que tenemos la impresión que no tendremos fuerza para levantarnos, y incluso cuando lo logramos, nos caímos nuevamente en seguida, por debilidad.

Te ofrecemos Jesús, nuestras desesperanzas, nuestros sufrimientos creados por el pecado.

Otórganos Jesús, la gracia de conocer nuestros pecados, sentir un arrepentimiento verdadero por ellos, y acercarnos con más frecuencia al sacramento del perdón. Ahí estás tú, en el sacerdote, y nos estás esperando para perdonarnos y hacernos crecer en confianza en ti.

 Padre nuestro
 Dios te salve María
 Gloria al Padre

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